Seguramente te preguntarás, ¿cuál es la diferencia entre una copa de vino tinto y una copa de vino blanco?, es por eso que he decidido compartirte en esta nota la diferencia entre otras cosas.
Vamos a partir del hecho de que el vino blanco suele ser menos aromático que el tinto, además de que los vinos blancos deben ser, por definición, ácidos.
Partiendo de lo anterior, debemos buscar copas que sean anchas del cáliz o globo, para que los aromas del vino se abran, y que sean reducidas de la boca, para que los aromas se “recojan” en la nariz y sea más fácil identificarlos. La boca estrecha en la copa, evitará que vino, en boca, vaya directamente a los laterales de la lengua y que esto incremente la sensación de acidez. Si por el contrario, deseas resaltar la acidez del vino blanco, elije una copa con boca más ancha.
Si tienes dudas sobre qué copas buscar o utilizar cuando sirvas a tus invitados un vino blanco, a continuación, te mencionaré las más populares.
- Riesling: Perfecta para vinos con altos niveles de azúcar y fruta concentrada. La forma de la copa se adapta a los aromas y variedades de uva, y sin duda alguna es una de las más versátiles. Si apenas estás adentrándote en el mundo de los vinos blancos, te recomiendo ampliamente que comiences a degustar con esta copa.
- Chardonnay: Como su mismo nombre lo dice, este tipo de copa te permitirá catar vinos tipo Chardonnay, Borgoña blancos y vinos blancos de crianza. La forma de la copa permite que el vino fluya hacia la boca resaltando la acidez del vino equilibrando los aromas y sabores.