¿Alguna vez has probado vinos elaborados con la misma uva e incluso de la misma denominación de origen y los aromas y sabores son distintos?. Te has preguntado ¿qué es lo que hace que tú percibas estas diferencias? Si alguna vez has estado en esta situación y aún no sabes cuál es la respuesta, no dejes de leer, pues en esta nota trataré de explicártelo de la forma más sencilla.
La respuesta está en la bodega que produce el vino y en el enólogo que es quien lo diseña. Cada casa vitivinícola, obtiene la uva de terreno compuesto por distintos nutrientes, y afectado por factores como la orientación del viñedo, la cantidad de agua con la que riegan, el método con el que podan la uva, el momento de cosecha (vendimia) y, obviamente, el proceso de elaboración.
Para hacer esto más sencillo de comprender, pensemos en el productor (la bodega) como un chef, el cual, aunque siga un método fijo, tendrá resultados distintos a otros chefs; en la cocina podríamos reducirlo al sazón y acompañamientos del alimento en cuestión.
En temas de vino depende de las variaciones en la composición, dependiendo de la uva que el productor haya decidido vendimiar cada año; el sabor y la calidad, dependerá mucho del momento en el que se decidió que la uva estaba en su punto óptimo de maduración, la temperatura a la que se fermenta el jugo o mosto, y el tiempo que se dejó fermentar; si se decidió usar barricas de roble, el tiempo en barrica y el momento de poner el vino en botella, por lo que cada uno obtendrá resultados distintos dándole su toque personal y especial a cada una de sus etiquetas.
Actualmente, muchas bodegas abren sus puertas al público y realizan recorridos en sus instalaciones, platican del proceso de la elaboración del vino y también dan una degustación de sus etiquetas para que puedas probar el producto que ellos ofrecen. Así es que si tienes curiosidad sobre alguna de ellas, no dudes en visitarla y conocer todo lo que hay detrás de esa botella de vino que tanto te gusta, y qué es lo que lo hace tan especial.