Seguramente alguna vez has degustado un buen vino, y al ver la etiqueta de la botella te has encontrado con estas leyendas: DO, DOC, DOCG, AOC, seguido de la palabra Rioja, Ribera del Duero, Bordeaux, Chianti, etc.
Las siglas DO, DOC o AOC, quieren decir que ese vino fue elaborado en esa región, con uvas cultivadas en la misma región y con procesos de fermentación y crianza controlados.
Probablemente has escuchado lo que es una denominación de origen, sin embargo voy a tratar de acláralo: denominación de origen es el nombre o indicación de una región determinada, que designa un producto que, por ser originario de dicha región, y por las costumbres de producción o transformación de sus habitantes tiene unas características y reputación que lo hacen diferente de los productos semejantes provenientes de otros lugares geográficos.
Las características que debe cumplir un vino, para obtener una denominación de origen son: la zona de producción, las cepas o variedades de uva con la que está elaborado, la graduación alcohólica, el rendimiento máximo de uvas por hectárea, el método de poda, de cultivo y vinificación. Todo lo anterior es controlado por un CONSEJO REGULADOR.
En los vinos españoles, puedes identificar los vinos con denominación de origen con las siguientes siglas:
DO: Denominación de Origen.
DOC: Denominación de Origen Calificada. Representa la calidad superior de los vinos españoles.
En Francia:
AOC: Apellation d’Origine Contrôllée.
En Italia:
DOC: Denominazione di Origine Controllata.
DOCG: Denominazione di Origine Controllata e Garantita (los vinos fueron catados y aprobados).
Algunas de las denominaciones de origen más conocidas, además de las mencionadas anteriormente son: Champagne, Toro, Priorat, Beaujolais, Valpolicella, Chablis, Prosecco, etc.